Gustav Klimt-Erik Satie

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Danae
1907


The Kiss
1908


The Tree of Life
1909
by Gustav Klimt


The Tree of Life is an important symbol in nearly every culture. With its branches reaching into the sky, and roots deep in the earth, it dwells in three worlds- a link between heaven, the earth, and the underworld, uniting above and below. It is both a feminine symbol, bearing sustenance, and a masculine, visibly phallic symbol- another union.


Mother and Child


Portrait of Adele Bloch-Bauer I
1907

...from this moment on we’ll be as one.

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Nota: Las letras en morado son links.

Estaba leyendo esto en un librito de la amiga Blavatsky:

"El tímion, el algo
manifestado mora igualmente en el centro que en la circunferencia, pero sólo el Alma del Mundo es reflejo de la Divinidad13. En esta doctrina aletea el espíritu del budismo esotérico.
La idea que tiene de Dios el hombre es la deslumbradora luz que ve reflejada en el cóncavo espejo de su propia alma, pero esta imagen no es en realidad la de Dios, sino su reflejo. Su gloria está allí, pero el hombre ve a lo sumo la luz de su propio espíritu, que es cuanto puede ver. Cuanto más limpio esté el espejo, más resplandecerá la imagen divina."

Cuando derepente un amigo me manda este video de Papercutz.


Recomendación:
Dale full screen ---XD

:papercutz - Lylac (Helios Remix) from :papercutz on Vimeo.





"We're lost on an artificial light;
a white that blinds our human forms.
Take me away, from this moment on we’ll be as ☞ ☞ ☞ ☞ ONE
But wait, I seem to recognize you.
Your face reminds me of youth.
Lifetime of changes taking place… taking place.

We're all spinning round,
letting it all go now, has never been easier.

(It's the change of seasons...the tree of life)"

Sincronia??
Maybe YESS
Maybe NOO



Si quieres, descarga el track oficial GRATIS



Lylac (Helios remix) by :papercutz

PRO-N.O.I.A.

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Nota: Las letras en morado son links.



Planet Tech.
Mexico D.F.
SSSHHHhhhhhhhhhhhhhhhh




Congelada de uVa

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La Ley del Arco

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La Ley del Arco: por el Camino del Arte sin Artificio








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1. El Arco, la Flecha, la Diana y el Arquero son una sola y misma cosa
2. Tirar con arco es establecer un puente entre las cosas.
3. La Conciencia en el arte del arco se llama Trayectoria.
4. No se puede tirar una flecha contra una vida, porque la Flecha misma es Vida.
5. La Diana es siempre el retrato del Arquero.
6. La Flecha es la Conciencia del Arquero.
7. El Arco es el Arquero.
8. El Maestro Arquero es Arco, es Flecha, es Diana, es Trayectoria.
9. El Maestro Arquero no necesita ni usa jamás Arco, Flecha o Diana, porque él es todo eso y, siéndolo, es el Universo.
10. El Maestro Arquero es maestro antes que arquero.

André Malby



El guerrero de corazón puro alcanza la Diana al primer tiro.

La flecha está destinada a tocar al enemigo -animal emblemático-, destruyendo las fuerzas nefastas y estableciendo el orden del mundo. Por ello el Arco es arma de combate y de exorcismo: tirando flechas hacia los cuatro puntos cardinales, se ahuyenta el mal.

La flecha es un relámpago. El rayo solar de Apolo. El vajra (rayo) de Indra.





Yao, emperador solar, lanza flechas hacia el sol; pero las flechas lanzadas hacia el cielo por los soberanos indignos se vuelven contra ellos en forma de relámpagos.

El libro de Lie-tsé cita el ejemplo del tiro no intencional, que permite alcanzar el blanco con tal de no preocuparse ni del objetivo ni del tiro: es la actitud espiritual inactiva de los taoístas.

La flecha como relámpago – rayo solar, es el trazo de luz que perfora las tinieblas de la ignorancia: es pues símbolo de conocimiento.

La Línea que va del Arco a la Diana, cuando su centro es el cielo, es el Eje de mundo (axis mundi).

¿Quién dispara? Algo dispara que NO SOY YO, sino la identificación perfecta del yo con la actividad inactiva del cielo.

¿Cuál es la Diana? Confucio decía que el Arquero que falla el tiro busca el origen de su fracaso en sí mismo. Pero es en sí mismo también donde está el blanco. Lo que la saeta alcanza, es el CENTRO DEL SER.




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En el Arca o navío, la brújula -Diana sobre cuyo centro la Flecha se tumba y gira- señala la dirección espacial, siempre en círculo.

En el Arco, la flecha apunta a la Diana añadiendo dimensión temporal al ser lanzada, y se dirige aparentemente recta hacia el PUNTO



CENTRAL.

La fuerza que mueve la aguja en torno a la Rosa de la brújula es la misma que empuja a la Flecha hacia la Diana.

La flecha de la brújula señala el
TRAYECTO.

La flecha del arco, la TRAYECTORIA.




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“Para ser un verdadero maestro del tiro de arco, no basta dominio técnico. Se necesita rebasar este aspecto, de suerte que el dominio se convierta en “arte sin artificio”, emanado de lo inconsciente.

Respecto del tiro de arco, significa que arquero y blanco dejan de ser dos objetos opuestos, y se transmutan en realidad única. El arquero ya, no está consciente de su yo, como un individuo cuya misión es acertar el blanco. Mas ese estado de no-conciencia lo alcanza sólo si está enteramente libre y desprendido de su yo, si se aúna a la perfección de su destreza técnica. Esto se distingue fundamentalmente de todo progreso que pudiera alcanzarse en el manejo del arco.




Ese algo tan distinto, que pertenece a una muy otra categoría, se llama satori. Es intuición, pero difiere por completo de lo que, por regla general, suele denominarse así.

Es intuición que reconoce,sin meditación alguna, que cero es infinito (-) y que infinito es cero (-); y esto no ha de tomarse en sentido simbólico ni matemático, sino como experiencia directamente aprehensible.



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La diferencia característica entre el Zen y todas las demás doctrinas de índole religiosa, filosófica o mística reside en que jamás desaparece de nuestra vida cotidiana pero, a pesar de toda su aplicabilidad práctica y de toda su “concretez”, entraña algo que lo separa de la contaminación y del ajetreo mundano.


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Esa “conciencia cotidiana” no es otra cosa que “dormir cuando se tiene sueño; comer cuando se tiene hambre”. Apenas reflexionamos, razonamos y formulamos conceptos, lo inconsciente primario se pierde, y surge un pensamiento.




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Ya no comemos cuando comemos; ya no dormimos cuando dormimos. Se disparó la flecha, pero no vuela en línea recta hacia el blanco, y éste no está donde debería hallarse.



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El hombre es un ser pensante, pero sus grandes obras las realiza cuando no calcula ni piensa. Debemos reconquistar el “candor infantil” a través de largos años de ejercitación en el arte de olvidarnos de nosotros mismos. Logrado esto, el hombre piensa sin pensar. Piensa como la lluvia que cae del cielo; piensa como las olas que se desplazan en el mar; piensa como las estrellas que iluminan el cielo nocturno, como la verde fronda que brota bajo el tibio viento primaveral. De hecho, él mismo es la lluvia, el mar, las estrella, la fronda.




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Una vez qué el hombre haya alcanzado ese estado de evolución “espiritual”, será maestro Zen de la vida. No necesita, como el pintor, de lienzo, pinceles ni colores. No necesita, como el arquero, de arco, flecha ni blanco, ni de otros recursos. Se sirve de sus miembros, de su cuerpo, cabeza y órganos. Su vida en el Zen se expresa por medio de todos esos “instrumentos” importantes como manifestaciones suyas. Sus manos y pies son los pinceles. Y todo el universo es el lienzo sobre el cual pintará su vida durante setenta, ochenta y hasta noventa años. El cuadro así pintado se llama “historia”.



Daisetz T. Suzuki 2

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Así, un día le pregunté al maestro “Pero ¿cómo puede producirse el disparo, si no lo hago yo”?

“Ello dispara” –respondió.

-”Esto ya me lo dijo usted varias veces; formularé pues mi pregunta de otra manera: ¿cómo puedo esperar el disparo, olvidado de mí mismo, si `yo’ ya no he de estar allí?”

“Ello permanece en la máxima tensión.”

-”Y ¿quién o qué es ese Ello?”

-”Cuando haya comprendido esto, ya no me necesitará. Y si yo quisiera ponerle sobre la pista, ahorrándole la propia experiencia, sería el peor de los maestros y merecería ser despedido. ¡No hablemos más, pues, practiquemos!”





Cierto día, en el instante en que se desprendió mi tiro, el maestro exclamó”¡Allí está! ¡Inclínese!” Cuando después inspeccioné el blanco -lamentablemente no podía abstenerme de hacerlo- comprobé que la flecha sólo le había rozado el borde. “Este fue un tiro logrado -decidió el maestro- y así tiene que empezar. Pero es suficiente por hoy; porque si seguimos, usted se ESMERARÍA particularmente y echaría a perder el buen comienzo.”

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“Me temo -respondí- que ya no comprendo nada; hasta lo más sencillo se me vuelve confuso. ¿Soy yo quien estira el arco, o es el arco que me atrae al estado de máxima tensión? ¿Soy yo quien da en el blanco, o es el blanco que acierta en mí? ¿El `Ello’ es espiritual, visto con los ojos del cuerpo, o corporal, visto con los del espíritu? ¿Es ambas cosas o ninguna? Todo eso: el arco, la flecha, el blanco y yo estamos enredados de tal manera que ya no me es posible separar nada. Y hasta el deseo de separar ha desaparecido. Porque, apenas tomo el arco y disparo, todo se vuelve tan claro, tan unívoco y tan ridículamente simple…”



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- “En este mismo instante -me interrumpió el maestro- la cuerda del arco acaba de atravesarle a usted por el centro.”

















IMÁGENES: Okinawa Soba

BIBLIOGRAFÍA:






1. Diccionario de los Símbolos. Jean Chevalier & Alain Gheerbrant
2. Daisetz T. Suzuki. Introducción a “Zen en el Arte de Tiro con Arco”. Eugen Herrigel
3. Zen en el Arte de Tiro con Arco. Eugen Herrigel
Gracias----PIKATRIX

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